sáb, 23 de novembro de 2024

Variedades Digital | 16 e 17.11.24

El dolor de una familia tras una misteriosa desaparición

Desde el pasado sábado 8 de diciembre nada se sabe de don José Francisco Olivera
Gutiérrez de 75 años, quién salió de su casa para ir a la feria y hasta el momento no regresó

Como es de público conocimiento desde el pasado sábado 8 de diciembre en horas de la mañana está desaparecido en Rivera el señor José Francisco Olivera Gutiérrez de 75 años, quién salió desde su casa con el objetivo de concurrir a la feria de barrio Mandubí, la cual hacía un mes no funcionaba y hasta el momento no se más nada de él.
Como lo hemos venido informando en forma diaria en todas las plataformas de A Plateia en español, las autoridades policiales, familiares y amigos del septuagenario han realizado búsquedas en todos lados las que hasta el momento no han arrojado resultado positivo.
La última persona que lo vio a José Olivera de 75 años, fue su esposa, Susana Esther Lozada Franco de 72 años, pareja que hace 52 años están casados, los cuales son oriundos del departamento de Canelones y hace 10 años residen en el departamento de Rivera.
Proyectada 548 en barrio Mandubí está ubicada la casa de don José y su esposa Susana, quién amablemente recibió en su domicilio a pesar del dolor y la preocupación por la cual está atravesando al equipo de A Plateia en español.
Con visible angustia y un dolor que se reflejaban en sus ojos, la señora Susana Esther Lozada relata lo ocurrido aquella triste mañana en la cual hasta el momento, fue la última vez que vio a su esposo.
“Yo le dije a mis esposo para que iba ir a la feria, si no nos faltaba nada en casa y me dijo que igual iba a ir a mirar un poco, porque a mi esposo le encanta recorrer, nosotros no sabíamos que la feria hacia un mes no estaba más, me enteré por la Policía”.
Susana Lozada, dijo que al llegar el mediodía empezó a preocuparse porque su esposo no volvía, pero como en el barrio hay un señor que arregla bicicleta, ella pensó que don José se había entretenido charlando con él, hasta que lo minutos siguieron pasando y José Olivera no volvía.
Con el pasar de los minutos y la ausencia de don José cada vez preocupaba en mayor medida, doña Susana salió a recorrer el barrio con su nuera en busca de su esposo, al cual no logró ubicar.
“Nosotros somos un matrimonio que tenemos 52 años de casados, nuestros hijos están casados, nos llevamos muy bien y hasta parecemos novios nuevamente”, fueron las expresiones que con calma pero reflejando una angustia profunda, manifestó Susana Esther Lozada Franco a A Plateia en español.
Don José Olivera según nos confirmó su esposa, tiene problemas de várices, motivo por el cual una de sus piernas estaba muy hinchada y la otra se había lastimado, motivo por el cual ella cada 3 horas le hacía curativos, dónde también el septuagenario estaba tomando antialérgicos, los cuales no llevo consigo.
Al preguntarle si su esposo por alguna razón tenía algún enemigo, doña Susana dijo “no tenía ningún enemigo, mi esposo es una persona sumamente sumisa y confiable, se lleva bien con todas las personas que conoce y jamás tuvo problemas con nadie”.
En ese panorama de dolor y angustia, pero firme en su convicción que va a encontrar a su esposo, doña Susana Esther Lozada Franco, manifestó “por favor si alguien lo tiene en algún lugar solo le digo que lo estamos necesitando, yo también tengo problemas de salud y solo espero seguir fuerte para continuar su búsqueda, nosotros somos humildes y no tenemos nada, pero si alguna persona lo tiene y está interesado en algo, nosotros le damos lo que sea, pero la vida de mi esposo vale más que todo”.
Para culminar, la Señora Susana con su voz entrecortada dijo “no quiero demostrarle a mis hijos lo mal que yo me siento y no voy a llorar, porque ellos también están muy mal por la desaparición de su padre y si yo bajo los brazos, ellos también los van a bajar, así que vamos a seguir está búsqueda con la fe que vamos a encontrar a mi esposo en buenas condiciones”, concluyó.
Tras dialogar con la señora Susana Lozada de 72 años, quién se casó con don José cuándo ella tenía 20 y el 23 años, abrimos el portón de su finca de calle Proyectada 548 en barrio Mandubí, con la convicción que don José tiene una esposa luchadora, la cual no pierde las esperanzas y que junto a sus hijos y amigos lo seguirán buscando hasta encontrar una respuesta y saber qué pasó con esta misteriosa desaparición de este hombre oriundo de Canelones y que desde hace 10 años junto a su familia vive en Rivera.
Recordemos que al momento de su desaparición don José Olivera, vestía un pantalón deportivo negro con una línea color blanco, la camiseta celeste de la selección uruguaya, un buzo manga larga color lila, tenía un gorro color negro, utilizaba lentes de aumento, tiene poca visión en una de sus vistas, no tiene visión en su otra vista, poca audición, problema de várices en una de sus piernas y de desplazaba en una bicicleta montaña color celeste.
Misterio si los hay, dónde una persona desapareció en Rivera, una persona de la cual a pesar de las intensas búsquedas nada se sabe, dónde una familia se aferra a la esperanza para seguir buscando y soñando que llegue ese momento tan anhelado el de encontrarlo sano y salvo.

Wáshington Pereira de A Plateia en español en dialogo exclusivo con Susana Lozada, la esposa del señor desaparecido
(Foto: Marcelo Pinto/AP)

Por: Wáshington Pereira/AP

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