Dicho acto contó con la presencia del Ministro del Interior Eduardo Bonomi, quién entre otras actividades mantuvo una charla con vecinos de Rivera y recibió una nota por parte de los Policías del Grupo de Reserva Táctica
que en el año 2017 fueron procesados y apartados de su cargo
En la jornada del viernes 1º de junio con la presencia del Ministro del Interior Eduardo Bonomi se llevó a cabo la inauguración de las nuevas sedes de la Unidad de Violencia Doméstica y Géneros (UEVDG) de la Jefatura de Policía de Rivera en las ciudades de Tranqueras y Rivera, respectivamente.
Sedes que fueron acondicionadas para la recepción de víctimas y victimarios, dónde como uno de los detalles principales es que el ingreso en ambos casos se realiza por puertas diferentes.
Otro de los detalles fue pensando en los niños, dónde en ambas sedes cuentan con un lugar especialmente acondicionado para que los menores que acompañan a su madre a radicar la denuncia, tengan un lugar adecuado para jugar y de esa norma no sufrir en un momento tan doloroso para la familia.
A lo largo del día el Ministro Eduardo Bonomi llevó adelante otras actividades, entre las que estuvo presente en el Círculo Policial de Rivera y mantuvo una charla abierta con los ciudadanos, con los cuales intercambió diversos puntos de vista con relación a la seguridad en Uruguay.
Una vez finalizada esa charla con los ciudadanos, el Ministro Bonomi recibió a los 4 efectivos policiales que en la temporada 2017 pertenecían al Grupo de Reserva Táctica (GRT) de la Jefatura de Policía de Rivera, los cuales tras una acción impidieron el hurto de mercaderías de Zona Franca Rivera, enfrentándose a quienes pretendían hurtarlas, tras lo cual fueron procesados y apartados del cargo.
Por tal motivo y en busca de respuestas sobre su situación, dichos efectivos les presentaron una nota al Ministro Bonimi, la cual a continuación en forma textual la compartimos en A Plateia en español:
Carta Textual al Ministro Eduardo Bonomi.
“Sr. Ministro del Interior Eduardo Bonomi:
Recurrimos a este medio para hacerle llegar nuestra posición en relación con lo que venimos viviendo desde el día cuatro de mayo del año 2017, cuando tras cometer un error durante un servicio ordinario fuimos procesados tres funcionarios policiales con prisión y dos sin prisión por un hecho ocurrido en el predio de Zona Franca de Rivera. Lo que consecuentemente nos hace llevar más de un año con suspensión de empleo y retención total de haberes.
Queremos antes que nada dejar muy claro que la idea de esta carta no es en ningún momento justificar nuestro error, tanto que en el momento de declarar ante la justicia penal lo asumimos plenamente y no tiene porqué ser distinto ante usted.
Lo que sí nos gustaría es comentarle alguna de las situaciones paralelas a lo que sucedió, hechos que por sí motivaron y colaboraron a que sucediera.
En Zona Franca éramos 3 policías para cubrir un perímetro de aproximadamente 3 kilómetros cuadrados en el que el servicio se resumía en hacer la custodia de un funcionario de Aduanas y de los 16 galpones con mercaderías de decomiso y contrabando. Allí no teníamos ni agua potable, ni baño, ni luz ni ninguna de las mínimas garantías necesarias para cumplir con eficacia nuestro cometido y a la vez velar por nuestra seguridad, lo que en aquel entonces fue planteado innumerables veces a nuestros superiores que lamentablemente no pudieron solucionar dichas deficiencias.
El mismo día cuatro de mayo 3 horas antes del hecho que nos llevó a ser procesados, 3 individuos que iban saliendo de uno de los galpones con cajas de cigarrillos, al recibir la voz de alto corrieron en dirección al monte en fila india y el último de ellos nos propino dos disparos de arma de fuego a aproximadamente 20 metros de distancia, lo que por gracia de Dios no tuvo consecuencias graves, o sí. Sin embargo, en ese momento dos de nosotros logramos vivir lo que, a cualquier hombre de bien, que vela por una familia le hace pasar toda la vida por delante de los ojos en fracciones de segundos. Y considero que solamente un hombre que haya vivido un enfrentamiento armado real, con todas las limitaciones que imponen el protocolo de actuación en base a las leyes que lo rigen, sabría definir lo que se siente; y cuánto vale en ese momento su propia vida y la del individuo que atenta contra la misma. Es propio del ser humano, obviar reglamentos, protocolos y actuar por instinto en el momento que ve que le están intentando sustraer las chances de volver con vida a casa. Otro punto que quizá solamente el hombre que lo haya vivido puede evaluar…
Posterior a eso, tres de nosotros procesados con prisión, fuimos enviados a la Cárcel de Tacuarembó donde compartimos por 117 días un habitáculo de aproximadamente 9 metros cuadrados con otras 14 personas privadas de libertad, habiendo allí delitos como, violación, atentado violento al pudor, rapiñas, homicidios (entre otros). Y así mismo le podemos asegurar que más allá de haber vivido y superado esto, duele mucho más abrir el ropero y ver nuestros uniformes sin poder vestirlo. Duele mucho más que policías procesados por delitos bastante más graves que los nuestros estén en actividad, sin haber pasado por lo menos la mitad de tiempo que llevamos nosotros separados de cargo. Duele mucho más depender económicamente de changas, de la buena fe de nuestras familias y algunos amigos luego de haber servido a la Fuerza Policial con el mismo amor y dedicación todos los días.
No somos delincuentes Sr. Ministro.
Nos equivocamos, pero queremos que tenga el bien de entender que hacemos parte de un subgrupo de hombres y mujeres pertenecientes a las filas policiales, que ingresaron a esta institución primero que nada por el amor que tenemos por la misma y por nuestra Patria… Hacemos parte de un subgrupo de hombres y mujeres a los que se les llena el pecho con el mismo orgullo que el día en que pronunciamos el “Si, Juro”;… cada vez que vestimos el uniforme policial. Hacemos parte de un subgrupo de hombres y mujeres que hoy ya a un tiempo considerable con suspensión de empleo y sin goce de sueldo, mantuvimos y seguiremos manteniendo plenamente los valores que nos fueron inculcados tanto en el ámbito policial como en el familiar y venimos viviendo de changas, alguno manejando taxis, otro haciendo jardinería, otro en la construcción entre otras, pero siempre trabajando y siguiendo el camino del bien.
Somos Sr. Ministro un grupo de 5 hombres de bien, padres de familia, hombres, … que sí, nos equivocamos y venimos pagando a diario por ello. Pero que jamás se ensuciarían las manos, a no ser intentando dentro de las posibilidades adversas cumplir con nuestro principal cometido que como ya sabe usted es el de velar por el orden y la seguridad de la sociedad y sus bienes aunque esto cueste el valor de nuestras propias vidas.
Muchas Gracias”, concluyó
(Foto: Wáshington Pereira/AP)
Por: Wáshington Pereira/AP
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